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La mayoría de las personas se ha sacado una radiografía en algún momento de su vida, tal vez para verificar un posible hueso roto o durante una visita al dentista. Los exámenes radiográficos proporcionan información importante a los médicos sobre cómo tratar a sus pacientes. Sin embargo, las radiografías emplean radiación ionizante, y estos exámenes espectroscópicos deben hacerse con cuidado y prudencia en los pacientes pediátricos (niños).
Aunque el nivel de riesgo de la radiación derivada de los rayos X es pequeño, sobre todo cuando se le compara con las ventajas de tener un diagnóstico preciso, los profesionales de la salud deben ser particularmente sensibles a su uso adecuado en menores. Por lo general, los pacientes pediátricos necesitan menos radiación que los adultos para obtener una imagen de calidad en un examen radiográfico, por lo que los médicos deben tener sumo cuidado en ajustar la dosis al “tamaño del niño”.
La función de la FDA
El Centro de Dispositivos y Salud Radiológica (CDRH, por sus siglas en inglés) de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) controla los dispositivos de espectroscopía médica. Entre sus responsabilidades está la de mantener informados a los consumidores y a los profesionales de la salud sobre la importancia de reducir al mínimo la exposición innecesaria a la radiación durante los procedimientos médicos.
Por lo general, el nivel de radiación ionizante de una radiografía es muy bajo, pero puede contribuir a aumentar el riesgo de contraer cáncer. Como los niños tienen una esperanza de vida más larga para la aparición de posibles efectos y no se entiende del todo el riesgo de contraer cáncer, es importante utilizar la menor dosis de radiación necesaria para ofrecer un examen diagnóstico.
La FDA tiene el compromiso de proteger la salud de los niños proporcionando orientación a los fabricantes y a los usuarios de dispositivos espectroscópicos para ayudar a reducir la exposición a la radiación de los exámenes radiográficos. La dependencia tiene facultades de supervisión normativa sobre los dispositivos de espectroscopía radiográfica y las empresas que los fabrican. A fin de enfrentar mejor las inquietudes de seguridad en torno a la radiación, la FDA ha venido fomentado que haya tanto mejoras al equipo como una mejor información para el usuario.
La FDA también pugna porque las organizaciones profesionales adopten mejores normas de seguridad en cuanto a la radiación, tanto para sus instalaciones como para el personal.
Recomendaciones
En una nueva guía, la FDA recomienda que se optimicen los exámenes de espectroscopía radiográfica para que empleen la dosis de radiación más baja necesaria. A los niños y los pacientes más jóvenes debe sometérseles a estos exámenes, que incluyen las tomografías computarizadas (TC), las fluoroscopías y las radiografías tanto dentales como convencionales, únicamente cuando el prestador de servicios de salud los considere necesarios para responder a una duda clínica o para orientar el curso de tratamiento.
La FDA define el grupo pediátrico como el comprendido desde el nacimiento hasta los 21 años de edad. Sin embargo, la optimización de la calidad de la imagen y de la dosis de radiación utilizada en las radiografías depende más del tamaño de un paciente que de su edad. En los pacientes más pequeños se necesita menos radiación para obtener una imagen médicamente útil. Técnicamente, el grosor del cuerpo del paciente (la distancia que los rayos X recorren a través del cuerpo para generar la imagen) es la consideración más importante del protocolo para sacar una imagen según el “tamaño del niño”.
La exposición innecesaria a la radiación durante los procedimientos médicos debe evitarse. Sin embargo, nunca debe privarse de una radiografía o una tomografía computarizada a un menor o a un adulto con un padecimiento en el que el examen pudiera aportar información médica importante que tal vez ayude al diagnóstico o tratamiento de una enfermedad grave o hasta potencialmente mortal.
Lo que pueden hacer los padres
La FDA insta a los padres y a los encargados del cuidado del menor a que hablen con su prestador de servicios de salud sobre los rayos X, y sugiere:
- Llevar una relación del historial de imágenes médicas de su hijo.
- Preguntar al médico que los prescribe acerca de los beneficios y los riesgos de los procedimientos espectroscópicos, tales como: “¿De qué manera mejorará el examen la atención médica de mi hijo?” “¿Existen exámenes alternativos a las radiografías que sean igual de útiles?”
- Preguntar en el centro radiológico: “¿De qué manera emplea el centro técnicas de radiación reducida en los niños?” “¿Se necesita alguna preparación avanzada?”
- Denunciar cualquier efecto adverso ante la FDA.
La función de los profesionales de la salud
Los profesionales de la salud son responsables de asegurarse de que haya una justificación para todo examen radiográfico realizado a pacientes pediátricos. También deben considerar si pudiera o no emplearse otro tipo de examen espectroscópico que no exponga al paciente a una radiación ionizante, tal como un ultrasonido o una tomografía por resonancia magnética, para obtener el mismo resultado.
La FDA insta a los profesionales de la salud y a los administradores de hospitales a que consulten las normas e instrucciones que se proporcionan en el portal de A’s Pediatric X-ray Imaging (Radiografía pediátrica) de la dependencia.
Para obtener más información, visite el portal de A’s Pediatric X-ray Imaging (Radiografía pediátrica) de la FDA.
Source: FDA
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