El conteo de polen se ha disparado hasta las nubes. Usted está estornudando, tiene comezón en los ojos y se siente muy mal. Las alergias estacionales son enfermedades reales que pueden interferir con el trabajo, la escuela o la diversión. Las alergias también pueden desencadenar o empeorar el asma y causar otros problemas de salud, tales como sinusitis (infección sinusal) e infecciones del oído, particularmente en los niños.
Una alergia es la reacción del cuerpo a una sustancia inofensiva que ha identificado como un invasor. Si padece alergias y encuentra un factor desencadenante —llamado “alergéno”—, su sistema inmunológico lo combate liberando sustancias químicas tales como las histaminas (de ahí el término “antihistamínicos”). Las histaminas causan síntomas tales como picazón y estornudos repetidos, y ojos llorosos.
Medicinas para la alergia: Los antihistamínicos y otros
Las alergias estacionales por lo son general causadas por el polen de las plantas, el cual puede provenir de árboles, malezas y gramas durante la primavera, y de la ambrosía y otras hierbas hacia finales del verano y principios del otoño.
Como uno no siempre puede permanecer encerrado cuando el conteo de polen es alto, su prestador de servicios de salud puede recomendarle medicamentos, ya sean de venta con receta o sin ella, para mitigar los síntomas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) regula una serie de medicamentos que ofrecen alivio para la alergia.
Los antihistamínicos reducen u obstruyen las histaminas causantes de los síntomas y están disponibles en muchas presentaciones, entre ellas comprimidos y jarabes. Muchos antihistamínicos orales están disponibles a la venta sin receta médica (OTC, como se dice también en inglés) y como marcas genéricas. Los aerosoles nasals antihistamínicos están disponibles solo con receta médica.
Al escoger un antihistamínico de venta libre, los pacientes deben leer la etiqueta de información farmacológica con atención y seguir las instrucciones de dosificación, advierte la Dra. Jenny Kelty, M.D., una neumóloga pediátrica de la FDA. Algunos antihistamínicos pueden causar somnolencia e interfieren con la capacidad para conducir o manejar maquinaria pesada, como un vehículo. Hay otros antihistamínicos que no tienen este efecto secundario; no son sedantes. Algunos antihistamínicos no sedantes están disponibles de venta libre y con receta médica.
Los corticoides nasales normalmente se rocían adentro de la nariz una o dos veces al día para tratar la inflamación y reducir los síntomas de la alergía. Los efectos secundarios pueden incluir ardor en la nariz, hemorragias nasales, y causar efectos en el crecimiento en algunos niños. Los corticosteroides nasales están disponibles sin y con receta médica..
Los descongestionantes son medicamentos disponibles con o sin receta, y vienen en presentación oral y de aerosol nasal. A veces se recomiendan en combinación con antihistamínicos, los cuales no tienen ningún efecto sobre la congestión nasal por sí solos.
Los medicamentos que contienen pseudoefedrina están disponibles sin receta médica, pero son guardados detrás del mostrador de la farmacia para evitar que se usen para elaborar metanfetamina, un estimulante poderoso y altamente adictivo que con frecuencia se produce de manera ilegal en laboratorios caseros. Uno debe pedirlos y mostrar una identificación al farmacéutico para adquirir medicamentos con pseudoefedrina.
Usar gotas y aerosoles anticongestivos para la nariz por más de unos cuantos días puede tener un efecto de “rebote”, en el que la congestión nasal puede empeorar. Estos medicamentos son más útiles cuando se usan a corto plazo aliviar la congestión nasal.
Existen otros medicamentos para las alergias que su médico o proveedor de atención médica pueden recomendar que sólo se obtienen con receta. Hable con su médico o proveedor de atención médica para ver si pueden ser adecuados para usted.
La inmunoterapia es otra opción. Una forma de inmunoterapia con alérgenos son las inyecciones para la alergia, con las cuales su cuerpo responde a cantidades inyectadas de un alérgeno determines administradas en dosis gradualmente mayores, adquiriendo una inmunidad o tolerancia a dicho alérgeno.
Los pacientes pueden ser inyectados por un prestador de servicios de salud; un curso común de tratamiento comenzaría con inyecciones semanales durante dos a tres meses, hasta alcanzar la dosis máxima. Después de eso, el tratamiento podría continuar mensualmente por tres a cinco años.
Otra forma de inmunoterapia con alérgenos consiste en administrar los alérgenos en una pastilla colocada debajo de la lengua (sublingual) y está indicada para el uso diario, antes y durante la estación polínica. Este tipo de inmunoterapia están solo disponibles con receta médica para el tratamiento de la fiebre del heno causada por ciertos pólenes y tienen el potencial de reducir la respuesta inmune a los alérgenos. Sin embargo, no están destinados para el alivio inmediato de los síntomas, dice el doctor Jay Slater, M.D., un alergista de la FDA. La terapia sublingual debe comenzar de tres a cuatro meses antes de la temporada de alergias. Aunque están destinados para uso en el hogar, las primeras dosis se deben tomar en presencia de un proveedor de atención médica.
Una advertencia acerca de los productos de venta sin receta y los niños
Siempre lea la etiqueta antes de comprar un producto de venta libre, ya sea para usted o para sus hijos, advierte la Dra. Kelty. “Algunos productos pueden usarse en niños tan chicos como de 2 años de edad, pero otros pueden tener diferentes instrucciones de dosificación para niños menores de 12 años”. También, hable con su profesional de la salud si su hijo necesita usar esteroides nasales en aerosol por más de dos meses al año.
Source: FDA
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